SOS Racismo y Mbolo Moy Doole, apoyados por Bilboko Konpartsak y la Plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak, han presentado la campaña «La calle es de todos. Sobrevivir no es delito, ser mantero tampoco» como denuncia de la persecución y hostigamiento policial y político del que son víctimas los vendedores y vendedoras ambulantes de Bilbao, en especial, con motivo de la Aste Nagusia.
Con esta campaña se pretende un doble objetivo:
En primer lugar, denunciar la situación actual de las personas que se dedican al “top manta” y que se encuentran en un bucle perverso que las condena a no poder tramitar su arraigo social porque no tienen un contrato de trabajo, y este no está a su alcance porque no están regularizadas. Una situación que las empuja, irremediablemente, a sobrevivir en la precariedad.
En segundo lugar, se pretende denunciar la criminalización que sufre este colectivo, ya que amparándose en argumentos de derechos de autor, mafias, competencia desleal al pequeño comercio, protección civil y seguridad ciudadana, se invisibilizan las causas que motivan esta situación, centrándose únicamente en los efectos de las políticas de extranjería que empujan a estas personas a desarrollar esta actividad.
Por último, desde estas organizaciones, se quiere poner en foco en el hecho de que ni la venta ambulante, ni el top manta representan una amenaza a la “seguridad”. En palabras de la portavoz de SOS Racismo Bizkaia – Bizkaiko SOS Arrazakeria «La venta ambulante forma parte de nuestra cultura y de nuestra historia. Vendedores y vendedoras ambulantes, tanto autóctonas como foráneas, han recorrido durante décadas nuestros pueblos y ciudades y han contribuido al desarrollo económico y social de nuestra sociedad, tal y como muestra su abundante presencia en el folclore», por ello, debemos buscar soluciones integradoras que permitan a todas las personas ocupar su espacio en nuestra sociedad, en lugar de medidas que ponen visibilizan a la persona extranjera como una amenaza para nuestra sociedad.
