El 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la LGBTIfobia, conmemorando la fecha en la que en 1990 la OMS eliminó la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales. Han pasado tres décadas, pero las discriminaciones siguen presentes, de hecho la eliminación de la transexualidad de la lista de enfermedades de la OMS no entrará en vigor hasta 2022. La lucha antirracista debe ir de la mano con la perspectiva de Diversidad Sexual y de Género, y no debemos olvidar que las discriminaciones racistas que sufren muchas personas van de la mano de su orientación sexual y/o identidad de género.
La identidad individual de cada persona está formada por identidades sociales solapadas, por ejemplo, la etnia forma parte de la identidad a la vez que lo hace también la orientación sexual. Esta afirmación puede parecer obvia, pero a menudo olvidamos la perspectiva interseccional que precisamente señala este cruce de ejes, categorías sociales que responden a sistemas de dominación, discriminación u opresión. Hoy, día contra la LGBTIfobia, es un día fundamental para recalcar la necesidad de actuar desde esta perspectiva, porque el antirracismo debe comprender y defender la Diversidad Sexual y de Género (DSG), y la lucha contra la LGBTIfobia debe ser también antirracista.
Aún hay 68 países donde las relaciones entre personas del mismo sexo están criminalizadas, y 47 países miembros de la ONU no reconocen la identidad de género de las personas trans. En este contexto, resulta evidente que las migraciones y mecanismos de protección internacional están estrechamente vinculados a la orientación sexual e identidad de género. Y tampoco debemos olvidar que, incluso en los países donde los avances legislativos abogan por la diversidad; la discriminación, el racismo, la homofobia, bifobia y transfobia siguen existiendo, y siguen cobrándose vidas. Así nos lo recuerda el reciente asesinato de Normundus Kinzulis, activista de 29 años que fue brutalmente quemado vivo en Letonia el pasado abril. Esto sucedió en un país miembro de la Unión Europea. En España, La Fiscalía apreció un aumento de denuncias por delitos de odio homófobos y racistas. En 2019 las agresiones homófobas subieron un 53% y las racistas un %43.
En esta línea, SOS Racismo ha comenzado a trabajar en la defensa de la DSG en los ámbitos de la Protección Internacional, en las Migraciones y en la Cooperación Internacional, participando junto a otras organizaciones de antirracistas en uno de los grupos de trabajo del Observatorio Vasco LGTBI para una Ley integral vasca LGTBI.
Por eso, siguiendo el ejemplo del territorio vasco, instamos a nivel estatal a todas las Administraciones públicas a que velen por que la diversidad afectivo-sexual y de género se respete y se tenga en cuenta, desde una perspectiva interseccional, en todas aquellas materias y ámbitos de su competencia en los que interactúen con personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional, apátridas y personas migradas.
