Desde 1995, construyendo una sociedad diversa y antirracista

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Desde 1995, construyendo una sociedad diversa y antirracista

Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Migreurop. SOS Racismo

Europa colabora con un dictador para expulsar más fácilmente hacia Sudán

Migreurop exige el cese inmediato de toda colaboración en marcha entre la Unión Europea y sus Estados miembros con la dictadura de Omar El-Béchir y con cualquier régimen que viola derechos fundamentales.

 Cuando se trata de expulsar a personas extranjeras designadas como indeseables, nada parece detener a la Unión Europea y sus Estados miembros que no dudan en comprometerse con Omar El-Bechir, jefe de Estado de Sudán, que tiene dos órdenes internacionales de detención por genocidio, crímenes con la Humanidad y crímenes de guerra.

Hace tiempo que la UE ha escogido subcontratar a terceros países, bajo el manto de una colaboración desigual y con fondos provenientes del desarrollo, la lucha contra la inmigración irregular e incluso la gestión de las solicitudes de asilo. Este proceso de externalización, que va acompañado de la deslocalización de la vigilancia de las fronteras europeas más allá de su materialización física, se ha reforzado aún más tras la mal llamada “crisis de refugiados”[1]

Así, en el marco del Proceso de Jartum, iniciado por la UE en 2014 y consolidado tras la Cumbre de La Valeta a finales de 2015, los regímenes más represivos, como Sudán y Eritrea –del que tratan de huir decenas de miles de solicitantes de asilo- gozan de ayudas para retener a su población y “securizar” sus fronteras… sin que la UE se preocupe de las violaciones dramáticas a los derechos humanos en estos países.

En este terreno, la UE y los Estados miembros actúan de manera concertada. Así, numerosos países europeos no dudan en reenviar a Jartum ciudadanos sudaneses, sin importar que pueda tratarse de solicitantes de asilo, y en colaborar con las autoridades locales para facilitar estas expulsiones.

Recientemente, en un parque de Bruselas, emisarios sudaneses procedían a la identificación de sus connacionales de cara a su expulsión, creando el terror entre las personas exiladas allí acampadas[2].

Pese a las reacciones suscitadas, el gobierno belga se ha atrincherado, para justificarse, tras el ejemplo dado por sus vecinos y continúa programando expulsiones de ciudadanos sudaneses[3].

En Francia, se da una cooperación similar desde 2014: representantes de Jartum habrían visitado varios centros de retención para identificar a nacionales sudaneses y facilitar su expulsión[4]. Según los datos de que disponen las asociaciones que intervienen en los CRA franceses, 9 personas habrían sido reenviadas a Sudán desde 2015 y unas 150 enviadas a Italia y expuestas al riesgo de un reenvío hacia Jartum desde territorio italiano.

Además, debido a los acuerdos bilaterales policiales – a menudo publicados tras las presiones ejercidas por la sociedad civil[5] – también se han realizado expulsiones forzadas hacia Sudán desde Alemania, Italia y Suecia. Italia, a la vanguardia de la visión securitaria en materia de colaboración en el terreno de las migraciones, ha firmado un acuerdo de cooperación policial con Sudán, en el marco del cual 48 personas, originarias de Dafour, han sido expulsadas a Jartum. Quienes han podido resistir a su expulsión desde Italia han solicitado y obtenido protección, mientras que cinco personas expulsadas presentaron una denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos[6].

Estos acuerdos y prácticas violan todas las obligaciones de los países europeos en materia de respeto de derechos humanos (Derecho de asilo, principio de no-devolución, prohibición de expulsiones colectivas y tratos inhumanos y degradantes, derecho a la vida, etc.) y revelan el cinismo de la UE y los Estados miembros, dispuestos a todo, incluido pactar con el diablo, para rechazar el acceso de las personas migrantes al territorio europeo.

Hay que decirlo y repetirlo: toda forma de cooperación con las autoridades sudanesas viola las obligaciones derivadas del derecho internacional y pone en peligro a las personas entregadas por las autoridades europeas al dictador Omar El-Bechir.

La red Migreurop y sus miembros piden por ello el cese inmediato de las expulsiones hacia Sudán y de toda forma de cooperación con este país.

 


Contacto de prensa: contact@migreurop.org


[1] Cumbre UE-África de La Valette (noviembre 2015), «acuerdos» con Turquía (marzo 2016) y Afganistán (febrero 2017), nuevo marco de partenariado en materia de migración (junio 2016), etc

[2] Fortes préoccupations suite à la collaboration entre la Belgique et le Soudan, communiqué Amnesty International, CIRÉ et Vluchtelingenwerk Vlaanderen, 20 septiembre 2017

[3] Expulsion imminente de ressortissants soudanais vers le Soudan, où ils risquent la torture et la peine de mort, communiqué CIRÉ, Ligue des Droits de l’Homme, Jesuit Refugee Service, Amnesty International, Vluchtelingenwerk Vlaanderen et FGTB, 6 octubre 2017

[4] Comment la France a livré des opposants politiques à la dictature soudanaise, Street Press, 1 octubre 2017

[5] Sobre el acuerdo Italia-Sudán, ver Memorandum of understanding between the Italian public security department and the Sudanese national police. A reading guide, Asgi, 3 octubre 2016 (traducción por Statewatch)

[6] Rimpatriati in Sudan presentano ricorso contro l’Italia, comunicado Asgi, 16 febrero 2017

 

Te puede interesar:

Si has sido víctima, has presenciado un acto racista o estás interesada/o en nuestro trabajo, este es el espacio para que nos cuentes.