SOS Racismo – Sos Arrazakeria Gipuzkoa ha concluido este año su proyecto europeo Together, un programa de formación que busca mejorar las capacidades de cuerpos policiales y organizaciones sociales para visibilizar los delitos de odio. Esta será una de las cuestiones de las que se habló en la mesa redonda ‘Libertad de expresión, discurso y delitos de odio: un diálogo entre los medios, la sociedad y la Policía’. La secretaria de SOS Racismo en Gipuzkoa, Edna Giménez, que participó en este debate, advierte sobre el riesgo de que «los discursos racistas calen en toda la sociedad».
– ¿Sabemos bien lo que es un delito de odio?
– En términos legales lo sabemos perfectamente. Primero tiene que estar tipificado como delito en el Código Penal ordinario.
– ¿Y después?
– Lo que le suma a un delito común es que tiene que haber un motivo de discriminación. Si se dan estos dos elementos tenemos un delito de odio.
– ¿Cuáles son los motivos de discriminación?
– Con la modificación del Código Penal se han ampliado los tipos. En este momento en España estos motivos son por origen étnico, idioma, religión, nacionalidad, discapacidad, identidad sexual o aporofobia, que es el odio a los pobres.
– ¿Y en términos no legales? ¿La sociedad sabe lo que es un delito de odio?
– Yo suelo comparar mucho este tipo de delitos con lo que sucedió con la violencia de género. En un momento se empezó a detectar que era una cuestión generalizada y que estaba muy claro quiénes eran las víctimas y los victimarios. Con el paso de los años toda la sociedad se ha mentalizado, sabe lo que es la violencia de género y cómo se podría atajar.
– ¿Es lo que está ocurriendo con los delitos de odio?
– Pasa un poco lo mismo. Con gente de diferentes orígenes nos ocurre que ellos y ellas nos dicen que no eran conscientes de que eso eran agresiones porque creían que era un peaje que tenían que pagar por venir a un país en el que quieren mejorar su vida. Es lo mismo que cuando se decía ‘mi marido me pega porque le pertenezco y algo habré hecho’.
– ¿Los delitos de odio son contagiosos?
– Nosotros hablamos de la espiral del odio, que se ve muy claramente en el contexto actual. En esta espiral el delito de odio sería la cúspide, la manifestación más violenta y grave de una discriminación.
– ¿Qué hay por debajo?
– Todo empieza por unos prejuicios y unos estereotipos. Empiezas a pensar que el otro es diferente y acabas creyendo que por el hecho de que lo sea no se puede convivir con él y hay que expulsarlo. Si existe un clima de xenofobia y de miedo al diferente se acaba creando una sensación de impunidad que hace que sea mucho más factible que se den actos intimidatorios y violentos.
– ¿Hay mucha distancia entre una broma de mal gusto y un delito de odio?
– Tiene que haber una base penal para que sea delito, pero aquí entramos en el núcleo duro de la charla de hoy. Vamos a hablar del discurso del odio, que es un peldaño menos y que consiste en toda manifestación verbal y generadora de opinión que está basada en el odio y la discriminación.
– ¿Este peldaño se considera delito?
– Algo puede ser discurso de odio y no ser delito. De hecho, lo vemos cada día. Pueden insultarte, llamarte mono o que te digan que te vuelvas a tu país y si llevas eso a juicio puede ser una falta y no un delito.
– En Europa entre el 80% y el 90% de los delitos de odio no se denuncian. ¿Estamos ante un fenómeno invisible?
– Los delitos de odio no se denuncian porque las víctimas están en una situación de mucha vulnerabilidad. Por una parte, no tienen confianza en la Policía ni en el sistema judicial. Muchas veces estas personas huyen de unos países donde el sistema es altamente corrupto y tardan mucho tiempo en darse cuenta de que aquí la situación es distinta y que si vas a poner una denuncia te hacen caso. Por otro lado, si tú estás en una situación irregular tienes mucho miedo de acudir a la Policía porque lo primero que piensas es que en cuanto entres en la comisaría te van a deportar. También creen que no va a pasar nada, que es muy difícil que haya una condena.
– ¿Que haya delitos socialmente invisibles significa que el dolor de las víctimas también es invisible?
– Exacto.
– ¿Ese dolor llega a convertirse en odio?
– El porcentaje de las víctimas que reaccionan con violencia es pequeñísimo. Para reaccionar con violencia te tienes que sentir fuerte y la situación de vulnerabilidad en la que se hallan estas personas es muy grande. El impacto psicológico sobre la víctimas es tan alto que normalmente tienen cuadros de depresión o de aislamiento que les impiden responder agresivamente.
– ¿Corremos el riesgo de que los delitos de odio lleguen a considerarse como algo normal?
– Muchas veces los discursos racistas y del miedo al diferente calan en toda la sociedad y en las personas que también son diferentes. No por el hecho de ser un inmigrante estás libre de pensar que ese discurso racista es cierto y que es normal que te insulten.
– SOS Racismo ha mantenido encuentros con ertzainas y policías locales dentro del proyecto Together. ¿Qué pretenden?
– Lo que estamos intentando hacer es trabajar conjuntamente y de manera muy cercana con la Policía porque está en primera línea y muchas veces los propios agentes se encuentran con que no tienen las herramientas para tipificar un delito de odio y atender a la víctima.
– En el último informe de SOS Racismo aparecen casos de ertzainas y policías municipales que han tenido actitudes racistas.
– Esto lo hemos hablado con ellos y efectivamente, son muy conscientes. Esto sucede en todos los gremios pero en el caso de los cuerpos policiales es algo que ha ocurrido porque están más expuestos y porque antes no había una sensibilización social. Yo creo que en los últimos años se ha avanzado y el discurso va más hacia una policía de cercanía.
– Euskadi es la comunidad autónoma con más denuncias por delitos de odio.
– Ese es un muy buen dato.
– ¿Estamos más concienciados?
– Estamos más concienciados y también la Ertzaintza ya tiene un protocolo para identificar estos delitos. También cuenta el hecho de que aquí hay una mayor confianza en las instituciones a todos los niveles. Si una persona que viene de fuera entra en una sociedad donde la acogida tiene elementos claros, como sucede aquí con la escuela o la sanidad, siente que realmente el sistema funciona.
Entrevista aparecida el 11 de octubre de 2016 en http://www.diariovasco.com/gipuzkoa/201610/11/edna-gimenez-secretaria-general-20161011003852-v.html