Desde 1995, construyendo una sociedad diversa y antirracista

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SOS RACISME CATALUNYA: ¡Basta de racismo en nombre de la seguridad!

(ES-CAT) Desde el mes de septiembre de 2023, en Manresa se están extendiendo dispositivos policiales conformados por Mossos d’Esquadra, Policía Local y Policía Nacional para parar e identificar a jóvenes y menores de edad de apariencia magrebí, intensificando la sobrevigilancia sobre este colectivo. – Des del mes de setembre de 2023,  a Manresa s’estan estenent dispositius policials conformats per Mossos d’Esquadra, Policia Local i Policia Nacional per parar, identificat i intervenir a joves i menors d’edat d’aparença magrebina, intensificant una sobrevigilància sobre aquest col·lectiu.

Estas batidas racistas, con una gran número de dispositivos policiales, vienen acompañadas de un discurso islamófobo y criminalizador por parte de algunos grupos políticos interesados en presentar Manresa como una ciudad que sufre violencia extrema en el espacio público. Así pues, de forma interesada establecen una relación falsa entre los grupos de jóvenes de origen migrado y un supuesto aumento de la criminalidad.

La realidad, sin embargo, es que ni en Manresa ni en toda Cataluña, hay una relación directa entre criminalidad y migración. De hecho, si nos atenemos a los datos, analizados en diversos estudios, indican que la tasa de delincuencia es menor entre los nacidos en el extranjero que entre los nacidos en el país. Entrando en al caso de Manresa, el incremento de inseguridad que denuncian algunos sectores es absolutamente falso, dado que los Mossos d’Esquadra aseguran que los datos delincuenciales entre enero y agosto de este año indican que no ha habido un aumento significativo de los delitos en la ciudad respecto al año anterior.

Los resultados en el Estado español son similares. Ha sido el país europeo con el mayor crecimiento de población inmigrante y la tasa de delincuencia de España ha descendido ligeramente, siendo España el tercer país europeo con menor tasa de delincuencia según datos de Eurostat.

La asociación entre migración y delincuencia, tan arraigada en el imaginario social en España, no tiene que ver con datos objetivos, sino con narrativas racistas e islamofobia.

Aunque así fuese, deberíamos reflexionar sobre si esa relación entre inmigración y delincuencia nos a un tipo determinado de modelo de seguridad, y al debate importante que es qué entendemos por este concepto, quién tiene el poder para definirlo, a quién debemos proteger y de qué debemos protegerla, así como los mecanismos y límites que tenemos para imponerlo. Hay que hablar de los prejuicios racistas que hay detrás del diseño del modelo de seguridad, y también de la inseguridad de las personas migradas y/o racializadas que se ven expuestas a las políticas racistas que implementan este modelo. Para alcanzar una verdadera seguridad es necesario garantizar igualdad de derechos y una sociedad libre de racismo.

El problema es que estas narrativas racistas están apoyadas por el sistema policial, cuando de manera sistemática se sobreidentifica a la población migrada y racializada no blanca. A partir de las paradas policiales basadas en marcadores raciales, se derivan multitud de otras violencias como son la brutalidad policial, las deportaciones, el encierro en CIE, la generación de antecedentes policiales infundados, entre otros.

Además, esta violencia y discriminación policial está enmarcada y protegida por el entramado legal, como la ley de extranjería, el sistema penal y otras instituciones públicas.

De la mano de las redadas policiales, han aparecido manifestaciones por parte de entornos cercanos a la extrema derecha , apelando a la seguridad a través de la formación «Argentina dice basta». En su manifiesto se habla «de una Manresa digna». Los convocantes están aprovechando la vulnerabilidad social y económica de los adolescentes, jóvenes y niños migrados para hacerlos culpables de unas violencias que ellos sufren.

Pero señalar sólo a la extrema derecha sería obviar la responsabilidad del Ayuntamiento de Manresa y del gobierno catalán al reproducir el racismo estructural. Las redadas racistas que se están llevando a cabo en la ciudad -lideradas por los Mossos d’Esquadra, la Policía Local y la Policía Nacional-, tanto en la calle como en los domicilios particulares de los niños, niñas y jóvenes detenidos. Es una muestra del trato desproporcionado y excepcional hacia toda la juventud migrada, y puede ser vulneradoras de sus derechos. Una reacción impensable si los implicados hubieran sido personas blancas.

En Manresa numerosos colectivos sociales, populares asistenciales y comunitarios (entre ellos Càritas Manresa, Bages per tothom y Aguiat Manresa) se han unido para hacer frente a un racismo que va en aumento y que se está plasmando en batidas policiales racistas en el Paseo. En un primer momento, las entidades de la ciudad , publicaron un comunicado para denunciar la situación y reclamar suficiente racismo en nombre de la seguridad. Más de un centenar de personas y colectivos adhirieron a la denuncia pública.

Hoy, pasados tres meses y ante la inacción de la Administración, los colectivos y las entidades antirracistas han pedido apoyo a SOS Racisme para publicar una nueva denuncia pública para seguir diciendo ¡basta! al racismo en nombre de la seguridad. Reclamamos que se deje de intentar solucionar con represión policial cuestiones que son resultado de desigualdades globales y estructurales y que, no sólo no cambiarán con más presencia policial en las calles, sino que este incremento puede representar un aumento de la violencia y el racismo policial hacia ciertos colectivos.

Desde colectivo Hourria, junto con otras personas, fuimos testigos de la batida racista y el escarnio público llevado a cabo por la policía local de Manresa, Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional Española en el Casino a las ocho de la tarde del jueves 28 de septiembre. Una redada donde se pusieron contra la pared, a una treintena de niños y adolescentes de los 12 a los 17 años de cara a su identificación. Todo ello con un despliegue policial de película frente a la ciudadanía que paseaba por el centro, de forma que se les culpabilizaba de peleas y otros hechos ocurridos en la ciudad sólo por ser personas racializadas. Llegamos a ver menores de 12 años identificadao.

El Ayuntamiento de Manresa aprobó en 2018 la primera declaración de los Derechos de los Niños por unanimidad, reconociendo la convención de 1959 en este sentido. Desde entonces el consistorio la ratifica cada año y realiza diferentes actividades para darlos a conocer. Desde el colectivo Hourria nos preguntamos de qué niños se habla cuando hace esta aprobación por Pleno porque el pasado jueves 28 de septiembre nos quedó muy claro que no era los de los niños de familias racializadas.

La Convención de los Derechos de los Niños de 1959 y todas sus ratificaciones se fundamentan en 4 grandes principios:

• PRINCIPIO 1 – LA NO DISCRIMINACIÓN Todos los niños tienen los mismos derechos sin importar el color de la piel, la religión, la procedencia o las ideas de sus padres.

• PRINCIPIO 2 – EL INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO Cualquier decisión, ley o política que pueda afectar a la infancia debe tener en cuenta qué es lo mejor para los niños y niñas.

• PRINCIPIO 3 – EL DERECHO A LA VIDA, LA SUPERVIVENCIA Y EL DESARROLLO Todos los niños y niñas tienen derecho a vivir, a desarrollarse y a alcanzar su máximo potencial en la vida.

• PRINCIPIO 4 – LA PARTICIPACIÓN Los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y que sus opiniones se tengan en cuenta.

Exigimos, por tanto, que cesen inmediatamente todas las redadas que se están haciendo hoy en día y que se sustentan sobre los criterios de fenotipo. Además de ser ilegales, atentan contra la dignidad de las personas, y son elementos que dinamitan la cohesión social y contribuye a relacionar migración con delincuencia.

También exigimos que se ponga fin a las narrativas que sitúan a la infancia en peligro (infancia adolescencias y jóvenes extranjeros no acompañados) como infancia peligrosa, dado que estos discursos no sólo suponen la elusión de los deberes y obligaciones de todas las administraciones hacia el cumplimiento de la Convención Internacional de los Derechos de los Niños; sino que además alimenta una construcción estigmatizada y racista como problema social y en consecuencia, no se adopta una lógica de protección, sino una lógica punitiva.

Aquestes batudes racistes, amb una gran desproporció de dispositius policials,  venen acompanyades d’un discurs islamòfob i criminalitzador  per part d’alguns grups polítics interessats a presentar Manresa com una ciutat  que pateix violència extrema a l’espai públic. Així doncs, de forma interessada estableixen una relació falsa entre els  grups de joves d’origen migrat i un suposat augment de la criminalitat. 

La realitat, però, és que ni a Manresa ni arreu de Catalunya, hi ha una relació directe entre criminalitat i migració. De fet, si ens atenem a les dades, analitzades a diversos estudis, : més d’un segle d’estudis indiquen que la taxa de delinqüència es menor entre els nascuts a l’estranger que entre els nascuts al país. Concretament a la ciutat bagesana, l’increment d’inseguretat que denuncien alguns sectors és absolutament falsa: , els Mossos d’Esquadra asseguren que les dades delinqüencials entre el gener i l’agost d’enguany indiquen que no hi ha hagut un augment significatiu dels delictes a la ciutat respecte a l’any anterior.

Els resultats a l’Estat espanyol són similars. Ha estat el país europeu con el major creixement de població immigrant i  la taxa de delinqüència d’Espanya ha descendit lleugerament, sent Espanya el tercer país europeu amb menor taxa de delinqüència segons dades d’Eurostat. 

L’associació entre migració i delinqüència, per desgracia tan arrelada a l’imaginari social a Espanya, no té a veure amb dades objectives, sinó amb narratives racistes i islamofòbia.

Tot i així, caldria també reflexionar que si hi hagués una relació directa entre immigració i delinqüència només indicaria una necessitat de replantejar-se el model de seguretat, atès que la clau està en què entenem per seguretat i sobretot qui té el poder per decidir sobre: el que és la seguretat, a qui hem de protegir i de què l’hem de protegir, així com quins són els mecanismes i límits que tenim per imposar aquesta seguretat. Cal parlar dels prejudicis racistes que hi ha darrere del disseny del model de seguretat, i també de la inseguretat de les persones migrades i/o racialitzades que es veuen exposades a les polítiques racistes que implementen aquest model. Per assolir una verdadera seguretat cal garantir igualtat de drets i una societat lliure de racisme.

El problema és que aquestes narratives racistes estan recolzades pel sistema policial, quan de manera sistemàtica es sobre identifica a la població migrada i racialitzada no blanca. A partir de les parades policials basades en marcadors racials, es deriven multitud d’altres violències com son la brutalitat policial, les deportacions, els tancament a CIE, la generació d’antecedents policials infundats, entre d’altres.

A més a més, aquesta violència i discriminació policial està emmarcada i protegida per l’entramat legal, com la llei d’estrangeria, el sistema penal i altres institucions públiques. 

Paral·lelament a les batudes policials,s’han convocat manifestacions per part d’entorns propers a l’extrema dreta , apel·lant a la seguretat a través de la formació “Manresa diu prou”. Al seu manifest es parla “d’una Manresa digna”. Els convocants de “Manresa diu prou” estan aprofitant la vulnerabilitat social i econòmica dels adolescents, joves i infants migrats per fer-los culpables d’unes violències que ells pateixen al seu torn en la seva versió més dura. 

Però assenyalar només a l’extrema dreta seria obviar la responsabilitat de l’Ajuntament de Manresa i del govern català en reproduir el racisme estructural. Les batudes racistes que s’estan duen a terme a la ciutat -liderades  pels Mossos d’Esquadra, la Policia Local i la Policia Nacional espanyola-,duta a terme tant al carrer com a les mateixes cases dels nens i joves detinguts, és una mostra més del tracte desproporcionat i excepcional cap a tota la juventut migrada, i en aquest cas vulnerant flagrantment els drets dels infants. Una reacció acarnissada -impensable si els implicats haguessin estat persones blanques.

A Manresa nombrosos col·lectius socials, populars assistencials i comunitaris (entre ells Càritas Manresa, Bages per tothom i a l’Aguiat Manresa) s’han unit per fer front a un racisme que va en augment i que s’està plasmant en batudes policials racistes al Passeig. En un primer moment, les entitats de la ciutat Bagenca, van publicar un comunicat  per denunciar la situació i reclamar prou racisme en nom de la seguretat. Més d’un centenar de persones i col·lectius van adherir-se a la denúncia pública. 

Avui, passats tres mesos i davant la inacció de l’Administració,  els col·lectius i les entitats antiracistes ens han demanat suport a SOS Racisme per publicar una nova denúncia pública per seguir dient prou al racisme en nom de la seguretat. Reclamem que es deixi d’intentar solucionar amb repressió policial  qüestions que són resultat de desigualtats globals i estructurals i que, no només no canviaran amb més presència policial als carrers, sinó que aquest increment pot representar un augment de la violència i el racisme policial vers certs col·lectius. 

Desde col·lectiu Hourria, juntament amb altres companyes i ciutadanes, vam ser testimonis de la batuda racista i l’escarni públic dut a terme per la policia local de Manresa, Mossos d’Esquadra i la Policia Nacional Espanyola al Casino a quarts de vuit de la tarda al mateix centre de la ciutat el dijous 28 de setembre, on es van posar contra la paret, identificar i atemorir una trentena d’infants i adolescents dels 12 als 17 anys amb un desplegament policial de pel•lícula i on els veia tota la ciutadania i els culpava de baralles i altres fets ocorreguts recentment a la ciutat pel fet de ser racialitzats. Vam arribar a veure infants de 12 anys emmanillats.

L’Ajuntament de Manresa va aprovar al 2018 la primera declaració dels Drets dels Infants per unanimitat, reconeixent la convenció de 1959 en aquest sentit. Des d’aleshores el consistori la ratifica cada any i fa organitza diferents activitats per tal de donar-los a conèixer. Des del col•lectiu hourria ens demanem de quins infants parla quan fa aquesta aprovació per Ple perquè el passat dijous 28 de setembre ens va quedar molt clar que no era els dels infants de famílies racialitzades.

La Convenció dels Drets dels Infants de 1959 i totes les seves ratificacions es fonamenten en 4 grans principis:

• PRINCIPI 1 – LA NO DISCRIMINACIÓ Tots els infants tenen els mateixos drets sense importar el color de la pell, la religió, la procedència o les idees dels seus pares.

• PRINCIPI 2 – L’INTERÈS SUPERIOR DE L’INFANT Qualsevol decisió, llei o política que pugui afectar la infància ha de tenir en compte què és el millor per als nens i nenes.

• PRINCIPI 3 – EL DRET A LA VIDA, LA SUPERVIVÈNCIA I EL DESENVOLUPAMENT Tots els nens i nenes tenen dret a viure, a desenvolupar-se i a assolir el seu màxim potencial en la vida.

• PRINCIPI 4 – LA PARTICIPACIÓ Els menors d’edat tenen dret a ser consultats sobre les situacions que els afectin i que les seves opinions es tinguin en compte.

Exigim, per tant, que cessin immediatament totes les batudes que s’estan fent avui dia i que se sustenten sobre els criteris de fenotip, perquè a més de ser il·legals, atempten contra la dignitat de les persones, en aquest cas infàncies i adolescències,  i són elements que dinamiten la cohesió social i contribueix a relacionar migració amb delinqüència.

També exigim que es posi fi  a les narratives que situen a la infància en perill (infància adolescències i joves estrangers no acompanyats) com a infància perillosa, atès que aquest discursos no només suposen l’elusió dels deures i obligacions de totes les administracions vers el compliment de la Convenció Internacional dels Drets dels Infants; sinó que a més alimenta una construcció estigmatitzada i racista com a problema social i en conseqüència, no s’adopta una lògica de protecció, sinó una lògica punitiva.

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