El 50,5% de las trabajadoras encuestadas afirma haber sufrido discriminación racial, mientras que un 15,4% declara haber sido testigo de actos racistas hacia otras compañeras. El 85,0% de las técnicas de intermediación laboral reconoce tener conocimiento de incidentes racistas, ya sea por relatos de terceros (50,4%) o por haberlos presenciado directamente (34,2%).
La Federación SOS Racismo ha presentado el “Informe anual 2025. Expresiones de racismo y violencia contra las trabajadoras del hogar y de cuidados en el Estado español”, un estudio que junto al informe estadístico sobre casos de racismo y discriminación presentado en Julio de 2025, constituyen nuestra fotografía anual en torno a esta realidad.
Un trabajo realizado a lo largo de 2025 y que trata de describir las expresiones de racismo y discriminación que las personas racializadas que trabajan en el ámbito del empleo doméstico y de cuidados sufren en el desempeño de su trabajo. Para ello, hemos contado con la participación de 431 personas, a través de encuestas y entrevistas que hemos realizado en Aragón, Bizkaia, Catalunya, Galicia, Gipuzkoa y Navarra /Nafarroa a personas racializadas que realizan su actividad profesional en el ámbito del empleo doméstico, técnicas de orientación laboral y personas y familias empleadoras.
La investigación documenta incidentes racistas y sexistas, así como las dificultades para su denuncia. Todo ello en un contexto en el que los imaginarios y estereotipos raciales que condicionan las relaciones laborales y humanas en este ámbito.
Algunos de los principales hallazgos
Los datos avalan la preocupación de SOS Racismo sobre la situación en el trabajo del hogar y los cuidados: el 50,5% de las trabajadoras encuestadas afirma haber sufrido discriminación racial en primera persona, mientras que un 15,4% declara haber sido testigo de actos racistas hacia otras compañeras. En la misma línea, el informe muestra que estas situaciones trascienden a la estricta relación laboral en la medida que el 85,0% de las técnicas de intermediación laboral reconoce tener conocimiento de incidentes racistas, ya sea por relatos de terceros (50,4%) o por haberlos presenciado directamente (34,2%).
El informe recoge asimismo testimonios de las personas participantes sobre experiencias de violencia, abuso y desgaste emocional. Expresiones racistas que se manifiestan en forma de humillaciones, agresiones verbales, insultos, burlas y/o comentarios despectivos. Dentro de esta cuestión, las personas participantes señalan como motivos de discriminación étnica-racial más recurrentes origen (30,7%), la falta de documentación (25,9%), nacionalidad (14,8%) o color de piel (12,7%).
“Al inicio fue con el abuelo, yo sé que el abuelo está mal todo, pero al inicio me trató muy mal. Al principio me decía que era una negra que haces acá… O sea, cosas así horribles. Yo no lloraba en su cara, pero me iba a mi cuarto y me ponía a llorar para mí”.
Otro de los resultados que más preocupan a la Federación SOS Racismo hacen referencia a la violencia sexual. Los testimonios recogidos señalan situaciones de acoso y abuso sexual denunciados por parte de las personas participantes. Estas experiencias dejan secuelas profundas: insomnio, miedo constante, ansiedad prolongada, pesadillas, caída del cabello y desconfianza hacia potenciales empleadores. En muchos casos, la única forma de escapar de la violencia es abandonar forzosamente el empleo, ante la ausencia de mecanismos institucionales de protección o canales seguros de denuncia.
”Sueño con ese señor casi todos los días […]Y he tenido sueños perturbadores… Me he quedado con miedo, porque me parece que alguien viene y le tengo miedo a los hombres, cosas que no le tenía miedo antes, ahora me da como miedo”.
“La psicóloga me decía: es que ha abusado de ti. Me quedé: No. No me puede estar pasando esto a mí, pero sí. […] Y decía: igual provocó esta situación, yo misma me he culpado”.
Todo ello, tiene un impacto directo en las víctimas de estos episodios y delitos. Sobre esta cuestión las personas participantes señalan la salud mental y emocional como principal impacto (52,2%). “Estrés emocional o ansiedad” (32,6%) es el problema más mencionado, seguido por “depresión, agotamiento u otros problemas de salud mental” (19,6%). Esta cifra es reveladora para un sector laboral atravesado por largas jornadas, exigencias afectivas, presión constante y, en muchos casos, aislamiento o la sobrecarga emocional y física que recae sobre las trabajadoras internas, especialmente cuando cuidan a personas con problemas de salud mental.
Ante esta situación, la Federación SOS Racismo muestra su preocupación, exigiendo a la puesta en marcha de medidas urgentes que aborden de manera inmediata la situación de las personas víctimas.
Medidas que deben comenzar garantizando la protección de las víctimas, garantizando el acceso seguro a la denuncia a través (entre otras medidas) de la facilitación de nuevos canales de adecuados a la realidad del empleo doméstico y de cuidados, de garantizar la situación administrativa de estas personas, así como garantizando los mínimos vitales que permitan la subsistencia de las personas denunciantes a través de programas de acompañamiento y protección social.
Asimismo, la Federación demanda la creación de redes de trabajo conjunto entre la sociedad civil y la administración para no sólo establecer canales de denuncia y protección de las personas que desempeñan su actividad profesional en este ámbito, sino también implicar a las empresas gestoras de los servicios de atención a domicilio.
No obstante, junto a estas medidas, y en la medida que una de las características más complejas de las relaciones laborales en este ámbito es el carácter privado del espacio de trabajo, es la necesidad de no sólo de dar a conocer a las partes sus derechos y obligaciones, sino también crear sistemas de evaluación de estos espacios en los que pueda conocerse de primera mano la realidad de esa relación laboral.
Por último, no podemos olvidar que este nicho de mercado, profundamente racializado no mejorará únicamente con estas medidas paliativas, sino que es necesario un cambio de enfoque en su abordaje. Es necesario un enfoque que vaya más allá de la utilización de las personas racializadas como mano de obra de bajo coste, de medidas de protección de las víctimas, contra la discriminación o de medidas de mitigación del daño.
Para ello, desde la Federación SOS Racismo apostamos por la necesidad de puesta en marcha de políticas realmente antirracistas que pongan como en el centro a las personas racializadas víctimas estableciendo unas relaciones laborales dignas, seguras y libres de violencia.
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Más información: www.sosracismo.eu, info@sosracismo.eu – 678 47 56 34 – 610 26 55 12.
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